viernes, 13 de julio de 2007

A sus labios, que ya no hablaron…

(soneto conceptista que se siguió a la lectura obligada de Jean P. Sastre y a una visita dominguera al museo del Holocausto)

Dura mudez que al corazón impones
De tu Quevedo que a la Red trajiste,
Insuflando alegría en su alma triste
Resucitando sus dormidos dones.

De un denso limbo de divagaciones
Donde el Ser con la Nada coexiste
Le has rescatado y cándida pusiste
Lira en los brazos y en el pecho sones.

Mas ¡ay! que muelle el alma en sí varía;
Y ora riega una flor, ora la arrolla;
Con paso descuidado y mano ruda.

Así Persé en su muda letanía
Que no alcanza a trocar la fe en duda
La piel me arranca, el corazón desolla.

2 comentarios:

Carmen Sa dijo...

estás un poco loco, verdad quevedox? no te atrevas a negarlo, habibi, meu sidi, meu amado...

¨Sin el ḥabib non vivré yu¨

(las jarchas son más antiguas que tú, disculpa el anacronismo, pero me gustan mucho)


saludox... XD... el poema te qedó lindo, como siempre. pero ya no leas tanto a sartre, no te hace bien... :)

Francisco de Quevedo y Villegas dijo...

Vuestra delicadeza y sensibilidad suma cada vez apuntala más vuesa imagen en mi alma.

"Tant'amári, Tant'amári,
habib , tant'amári!
enfermaron uelyos gayos,
ya duelen tan mali".

a vuestros pies