Estimado caballero D.,
Sírvase en hacerme llegar lo antes posible los pliegos de que habéis hecho mención en vuestra misiva. Si todo es como me lo contáis y yo imagino, ardo en deseos de apretar entre mis manos ese documento.
Podré dedicarle especial atención durante los próximos días en que todavía guardaré cama, siguiendo las recomendaciones del médico.
La tarifa será fijada al precio más alto que hemos discutido. Entenderéis de qué se trata y con quien estáis negociando. Creedme cuando os aseguro que vuestra inversión os será retribuida en oro molido.
A vuestros pies
Don Francisco de Quevedo y Villegas
miércoles, 11 de julio de 2007
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