viernes, 6 de julio de 2007

Dónde se la convida a un encuentro fortuito

Señora mía,

Si de vos ausente heme hallado en los últimos días que corren, todo se ha debido a la amenaza que ha comenzado a cernirse sobre mí cabeza, y me asecha y persigue detrás de cada espejo, de cada sombra o de cada gato montés, en apariencias manso, mas en esencias fiero, que cruza sus bigotes en medio de mi jornada.

Mas he decidido, tomando un riesgo elevadísimo, ir a vuestro encuentro. No veo cómo prolongar aún más la hora en que mis manos puedan asir las vuestras nuevamente. Será como aljófares delicados entre humildes cenizas. De vuestros labios ardo en deseos de escuchar los votos que me habéis adelantado a través de Trotaconventos.

Por lo que he resuelto que el domingo próximo, al salir de misa, me personaré por los alrededores de lo de Emiliana Zubeldía y aguardaré vuestro arribo. He sido advertido que los chufas podrían querer aprovechar la ocasión para atentar contra mi vida, y por ello habré de actuar con gran discreción y haciendo galas de todas las precauciones del caso. Iré de enmascarado y embozado en mi capa, para que nadie pueda reconocerme. Jajaja. Solo vos lo podéis saber.

Alrededor de las 12:00 me situaré bajo un naranjo, llevaré una capa raída que muy eficazmente Trotaconventos ha logrado zurcir en varios puntos. Si pensáis que ese no es un buen momento para abordarme o que podría ser una ocasión de riesgo, habréis de hallarme a las 2:30 merodeando las escalinatas que juntas suman doce. Una hora antes, con suerte, podríais verme también bajo la sombra de un puesto de hot dogs. Me habré quitado, para entonces, la capa, para evitar que el ketchup de cuentas de ella.

A las cinco haré mi última aparición, bajo el reloj no suizo que conmemora una muerte. Para esa hora el calor me habrá hecho colgar la capa del antebrazo; mas las antiparras sobre el rostro me harán parecer inconfundible.

Cuento las horas, los minutos, los segundos, las milésimas atómicas del tiempo hecho tiritas, mi señora, que me separan de vos. Será una jornada memorable.

Suyo

Quevedox

PD: No lo comentéis a la Caperuza, a pesar de que ella misma sugirió la idea de este encuentro. Mis fuentes me informan que es una espía chufa y que se ha asociado con la seudo Aminta para intrigar contra mi. No quisiáremos recibir una visita del “Lobo” en medio de una tarde tan memorable. No es verdad? ;)

5 comentarios:

lapesteyyo dijo...

oooooooohhh....divertido.

Carlos Mal dijo...

Quevedo. Perse es Chufa.

Claudia dijo...

No, no soy espía chufa ni conozco a la tal Aminta, pero a veces me gusta dar paseos por la plaza E los domingos.

Francisco de Quevedo y Villegas dijo...

SABED QUE NO OS PERMITIRÉ QUE DIFAMÉIS DE MI DAMA. SOIS MUY ATREVIDO, ROEDORZUELO.
ATACADME A MI. LLAMADME QUEXO, QUEXADILLA, GRAN QUEXOTE O COMO OS PLAZCA; PERO NO OS ATREVÁIS NUNCA MÁS A VOLVER A DIFAMAR SOBRE ELLA O ME VERÉ EN LA OBLIGACIÓN DE MEDIR MI PUNTERÍA CONTRA VOS EN UN DUELO!!!!!!!!!!!

Francisco de Quevedo y Villegas dijo...

"mi destreza con la espada", quise dezir.